Dicen los sabios que el valor de la vida reside en la intensidad de los momentos que vivimos, en los recuerdos que nos hacen felices. ¿Y si esa felicidad pudiera exhibirse? Si fuese así, la galería de imágenes del Hotel Abora Catarina sería su mejor exposición.

Cada instantánea es el vivo retrato de la alegría, un trazo de color, una composición perfecta entre paz y entretenimiento. No hay poses, solo instantes robados al tiempo. Sonrisas que no sabían que estaban siendo observadas. Juegos que quedaron suspendidos en el aire. Reflejos de agua que guardan un pedazo de cielo.

Las fotos de las habitaciones de Abora Catarina by Lopesan Hotels son el primer cuadro de esta colección: luz, mucha luz y unos espacios al aire libre que parecen balcones al mundo; camas que esperan, inmóviles, a que alguien descanse sobre ellas; interiores acogedores y divertidos. Amplitud y versatilidad por doquier.

Luego, la galería se llena de color con la gastronomía. Frutas recién cortadas, panes cuyo crujido escuchas solo con ver la toma y creaciones internacionales con tributos a la cocina local isleña. Cada imagen huele, cada imagen sabe, cada imagen te incita a pecar. No es un simple despliegue de platos, es un festín visual que anticipa el sabor, que grita sin palabras que aquí se come con toda el alma.

Las fotos de las piscinas del Hotel Abora Catarina son otra historia. Estatuas en movimiento. Agua que se deshace en gotas cuando alguien se lanza de cabeza. Toboganes que desafían la gravedad. Sombras de palmeras que se estiran sobre la superficie, dibujando mapas que cambian con el viento. Aquí, la calma y la euforia conviven en el mismo espacio, en el mismo instante.

Las imágenes de ocio y animación son el latido de esta galería. Niños que corren sin saber que el suelo existe. Adultos que vuelven a reír como cuando eran pequeños. Un espectáculo bajo las estrellas. Un baile sin música. Un brindis que se alarga más de lo esperado. Aquí no se documenta el entretenimiento, se captura la vida.

Y, como gran cierre, el entorno: Playa del Inglés en su estado más puro. Las Dunas de Maspalomas, eternas, esculpidas por un viento que nunca duerme. El Atlántico, infinito, como si se desbordara del marco de la foto. Un horizonte que parece extenderse hasta donde la memoria alcanza. Cada imagen es un recuerdo esperando a ser vivido.

El tiempo que pases en el Hotel Abora Catarina parecerá un instante; sin embargo, los recuerdos que generes aquí serán eternos.